En las últimas décadas, la aceleración de la industrialización y la urbanización ha impulsado una creciente demanda de energía tradicional de carbón. Sin embargo, este modelo de altas emisiones de carbono ha ejercido una inmensa presión sobre el medio ambiente. En el contexto de los objetivos duales de carbono (pico de carbono y neutralidad de carbono), la transición a una economía baja en carbono se ha convertido en una prioridad urgente. Los sectores industriales que dependen en gran medida del carbón son clave para alcanzar estos objetivos de carbono.
¿Puede el RDF sustituir completamente al carbón? ¿Cuál es su eficacia?
El combustible sólido recuperado (CSR) es un combustible en forma sólida (normalmente pellets cilíndricos) producido mediante el procesamiento de residuos sólidos industriales generales a través de múltiples etapas. Presenta características como alto poder calorífico, combustión estable, facilidad de transporte y almacenamiento, y baja contaminación secundaria. Se utiliza ampliamente en procesos de secado, fabricación de cemento, sistemas de calefacción y generación de electricidad, y ofrece importantes ahorros de energía y costes.

El sistema de clasificación y recuperación de residuos emplea un sistema de control PLC Siemens totalmente integrado. Mediante procesos totalmente automatizados como la trituración, la separación magnética, el cribado, la eliminación de polvo y el moldeo, transforma los residuos sólidos industriales en CDR (combustible derivado de residuos) de alto valor calorífico, con una capacidad de 10-15 toneladas por hora (t/h). Para las centrales eléctricas de carbón, cada tonelada de CDR puede sustituir a 0,8 toneladas de carbón. Tomando como base una línea de producción de 200 toneladas al día, esto equivale a 140 toneladas de carbón, lo que reduce drásticamente el consumo de carbón. Además, los datos indican que el uso de combustibles alternativos 40% (como el CDR) en la producción de cemento reduce las emisiones de CO₂ en aproximadamente 100.000 toneladas por cada millón de toneladas de clínker producido. Esto alivia significativamente la dependencia de las empresas consumidoras de energía de los combustibles fósiles tradicionales, logrando resultados óptimos en la conservación de la energía corporativa, la reducción de emisiones, el ahorro de costes operativos y el aumento de la eficiencia.
Más allá de mejorar el dilema de la sustitución energética para las industrias dependientes del carbón, la RDF El propio proceso de producción desempeña un papel vital en la reducción de residuos, el tratamiento inocuo y la recuperación de recursos. Los materiales de partida para el CDR incluyen diversos subproductos industriales, lodos de papel, muebles desechados, plásticos de desecho, cajas de cartón usadas, textiles de desecho y otros residuos domésticos. Una bolsa de basura de plástico o una pila de telas desechadas, procesadas a través de este sistema de recuperación de recursos de residuos sólidos industriales, se transforman de basura en un producto valioso: un combustible energético ecológico, limpio y altamente eficiente. Esto impulsa el desarrollo de una economía circular verde y promueve la construcción de una sociedad que ahorre recursos y sea respetuosa con el medio ambiente.